Un barranco que pese a llevar un caudal de agua muy leve no dejo indiferente a nadie con su gran belleza.
Miguel cumplió con su labor de guiar al grupo (gran trabajo), mientras detrás cerrando venia sin dejar a nadie atrás Angeles.
Una vez llegados al punto final (AFUR) era momento de visitar a un señor emblemático de la zona y parada obligatoria de todo senderista, la casa de Jose Cañón y brindar por el reto conseguido.
Esta gente es grande muy grande
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